El cloro es para emblanquecer la ropa, no para limpiarla, afirmas mientras enciendes un cigarro y te dispones a tomarte una taza de café bien oscuro. Después del cloro, tienes que lavarla con detergente, con tus manos, sé que no te gusta usar la lavadora, pero no hay manera pasiva de limpiar nada.
Fumas mucho, te digo. No respondes. Te llenas la boca de café y tu mirada se pierde en la distancia, ya no escuchas nada, sólo miras. Yo entro a la casa y busco el detergente. Pongo el short en el lavamanos y me dispongo a lavarlo, a quitarle esas manchas que sabe Dios cómo han llegado ahí. Tú sigues afuera, fumando.
Está bien e ingenioso como todos tus cuentos. Sólo que este me despierta una curiosidad: ¿se trata del short de la limonada?
Jajaja. Ese mismo! 🙂