Tomo café, sentado afuera, los pies descalzos sobre el piso cubierto de hojas muertas. Porque no las barro me llaman abandonado, pero si a mí me gusta pisarlas, pa qué las voy a barrer. Recuerdo el jardín que ya no existe, el concreto ahora lo cubre. Pienso en esas raíces comprimidas debajo de la tierra, la tierra a su vez comprimida por el concreto. Me incomoda la palabra jardín, no es literaria, o lo es demasiado. Me incomoda que me incomoden ciertas palabras. Nada debe incomodarme. Pero pienso en esas raíces atrapadas debajo del concreto.