La madre corta una cebolla
y cercena el tiempo en dos mitades.
El plato llega a la mesa.
El niño mira el humo,
anticipa el sabor y sonríe.
La madre vuelve a la cocina
y se queda allí, ya para siempre.
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La madre corta una cebolla
y cercena el tiempo en dos mitades.
El plato llega a la mesa.
El niño mira el humo,
anticipa el sabor y sonríe.
La madre vuelve a la cocina
y se queda allí, ya para siempre.