Archive for December, 2015

El gran Dodó, filosofo de lo ancestral y lo colorido, decía a menudo en sus charlas de domingo en la Casa de los Misterios, que lo persistente persiste y que los domingos por la mañana uno se puede distraer con los asuntos más insignificantes y desviarse, sin apenas notarlo, hacia un camino completamente único e irrepetible (cada camino lo es, pero a Dodó siempre le perdonábamos sus obsesión por lo obvio debido a su condición de filósofo). Esta mañana mientras leía a un poeta local recientemente fallecido, al que nunca le hice caso, pero al que después de su muerte he estado leyendo con aIMG_7448uténtico interés porque es mejor de lo que parecía, mi gato empezó a jugar con su pelota de tenis conminándome a que le hiciera caso y jugara con él. Yo lo miré, tomé la cámara y en vez de jugar me puse a fotografiarlo y así estuve horas, perdiendo la noción del tiempo, perdiendo el tiempo y perdiéndome en él, y pensé en el Gran Dodó, en como todo lo persistente persiste y en lo extrañamente milagrosas que pueden ser las mañanas de domingo.

FUE NECESARIO

Posted: December 9, 2015 in Poemas

Fue necesario fundar ciudades, abrir las tumbas, asesinar todas las sombras maquilladas,  incinerar los arlequines, fue necesario fingir un orden y romper los equilibrios, calzar cada puente, levantar murallas de fango y agonía, medir la astucia de la luna, fijar los astros a sus tentáculos, dormitar con la cicuta en la lengua, ser el tiempo sin añoranza del vagabundo, fue necesa12347883_999399820116392_622910878678747695_nrio partir, irse lejos, irse sin mirar atrás, habitar el bosque cuando es más oscuro porque no hay penumbra mayor que la merecida ni paso más indigente que el que busca el calor de otro cuerpo en la noche fría, fue necesario morir en dos mitades, perpetuarse en la duda como aquel héroe infeliz, danzar hacia el amor con los brazos, con los brazos apenas, estos pobres brazos donde cabes tú ahora, fue necesario.

CANTO

Posted: December 6, 2015 in Poemas

1487425_818322468224129_2077751030954599398_nRepetir el canto, alejarse de los caminos: debajo de un árbol, percibir ciertas geografías. El mapa del tiempo, no un calendario: la infancia de un pez que tuvo un gato blanco que perdió los ojos en su primera batalla contra el mal. Un verso nació de aquella travesía: descubridor que fue descubierto, ungido por las aguas de un río de rocas. Alejarse de sí mismo fue el primer capítulo: hubo una danza en sus manos y la dejó caer y cayó junto a ella y fueron los dos polvo en las ventanas, capa fina apenas perceptible. Repetir el canto en la bruma, repetirlo eternamente, ser fugaz como su armonía. Armar nuevos mapas: ser los ojos del gato de la infancia.