Archive for March, 2016

A(R)MAR

Posted: March 6, 2016 in Poemas

El amor vasija, dados girando en lo eterno,

El amor presagio, cuerpos asidos a un mapa,

El amor cadencia, danzas fijadas a un teorema,

El amor resaca, formas fundando lenguajes:

Un eje de fuego en las aguas del universo.

Dios dictando pretéritos, tentáculos fluyentes,

sutiles sortilegios, marginadas magias.

Es árido el lienzo donde se juntan las manos

a describir geografías de lo posible.

No es sueño el sueño sino pesadilla.

Amar es huir de todas estas cosas.

LA CAZA

Posted: March 4, 2016 in corto, cortos
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Dibujo: Ernesto G.

Aquella tarde iba en bus de un lado a otro de la ciudad buscando un sitio donde sentarme para olvidar lo que estaba recordando en el pasado que era presente en ese momento, y vino una bala, me destrozó un muslo, había gente cazando, siempre hay gente cazando, en el bosque a veces, pero aquí, sobre todo aquí, y yo salí corriendo con mi pierna coja que sangraba, y no sabía dónde ir y terminé subiéndome de nuevo al bus y el señor me preguntó la hora pero yo no tenía reloj y me bajé y seguí caminando hasta que llegué a una esquina muy extraña de la ciudad donde me sentí muy solo, pero me senté ahí a esperar que pasara algo y algo pasó, vino una mujer y me pidió un libro, yo la miré y le pedí un diccionario, me respondió que ya lo había regalado, que qué pena, entonces llegó el disparo en la otra pierna y me levanté y seguí corriendo como mejor pude, y la sangre marcaba el camino que dejaba atrás, la mujer me siguió un rato más pidiéndome el libro, entonces llegó la noche porque algo siempre llega y yo llegué también sin saber cómo porque no tenía aún el diccionario ni tampoco un reloj con que ayudar a quien me preguntara la hora, eso me angustiaba mucho ya que temía un disparo a la cabeza, lo que hubiera sido terrible porque nunca podría olvidar lo que estaba recordando en el pasado que era presente en ese momento, me eché entonces en mi esquina de siempre hasta que llegó otra mujer con un diccionario en la mano al que le arrancó varias hojas y me cubrió las heridas y se puso a leerme las palabras y las definiciones y los sinónimos y los antónimos con esa voz dulce que no parecía de este mundo donde todos solo piensan en cazar, empecemos por la zeta, me dijo y sonrió, yo cerré los ojos y me dejé llevar por aquella corriente semántica hasta que finalmente me quedé dormido.