Archive for March, 2017

THE SIMPLE MAN

Posted: March 26, 2017 in corto, cortos

 

Broken by the exhausting promise of desire, the simple man has opened another wine bottle as he listens to an old jazz record: smoke and white walls, temperature rising, thoughts dancing in the hot air. The simple man is such an interesting sight to see, hands in his pockets, bare feet, torn shirt, dirty pants, books all around him, empty bottles, cigarette butts, blood stains on the floor, countless sheets of paper, artificial echoes of a natural voice, irrational thoughts turned into logical verses–such chaotic density. He dances alone with his multiple shadows, utters incompressible lines, rapes the syntax of the English language, deconstructs linguistic approximations to the concreteness of living, travels unconsciously to his destiny as he drinks yet another glass of wine. Such is the density of a simple man.

SARTRE

Posted: March 25, 2017 in calistenia, Uncategorized

Entonces vino Sartre camuflajeado de Camus: esto es un absurdo, gritó alguien. Es el fin del existencialismo, gritó otro. Es la náusea, dijo un tercero, es la náusea. Entre todos le arrebataron la máscara y al verse descubierto, Sartre les dijo: “Hoy mamá ha muerto”.

EN LA BARBERÍA

Posted: March 25, 2017 in calistenia, Uncategorized

Ayer fui a una barbería en los Estados Unidos por primera vez. He vivido aquí más de la mitad de mi vida y nunca había visitado una. He preferido siempre esos salones unisex donde te ponen música chea de los ochenta y la peluquera te hace las mismas preguntas cada vez que te pelas. “¿Cómo está tu familia? ¿Piensas ir a Cuba pronto?” La barbería que visité estaba decorada con carteles de autopista. Las sillas eran asientos viejos de avión.  Las paredes estaban todas pintadas de negro y el reggaetón boricua ambientaba el ambiente. El barbero apenas me habló. Solo para preguntarme cómo quería el pelado. Eso fue todo. Después de pelarme, (el asunto duró apenas tres minutos), me puso un gel ahí que parecía cola de carpintero y me limpió los pelos que habían caído en mi ropa con algo que parecía una bomba de echar aire a los neumáticos de un carro (nada de hair-dryer). Cuando me finalmente salí de la barbería, sentí que había abandonado uno de los últimos bastiones de la masculinidad.

EL ADIVINO

Posted: March 5, 2017 in corto, cortos

No tiene una bola de cristal. Las dos que tiene son naturales.