En la noche escucha las ranas y los mosquitos. Le parece extraño que haya mosquitos cuando hay ranas por todos lados. Apaga el quinqué porque no quiere ver tantos animales a su alrededor, quiere dormir, es apenas un niño de nueve años, es lógico que quiera dormir. Cuando se levanta en la mañana, su cuerpo está cubierto de ranas pero no tiene ni una roncha en la piel.