Han vociferado miles de silencios y aún ahí está el abismo, mirándolos saltar de grito en grito, mascando sentencias como si fueran tabacos fulminantes, adjetivando su prosa con salsa indigente, dormidos bajo el árbol que les lanza frutos en la noche cuando se reúnen a fabricar apopléjicas armonías, jugando a dios desde sus hamacas de cuero descabellado, fundiendo teorías y teoremas, haciendo ecos de los ecos transitorios, estibando la sed de barcos fantasmas, bromeando entre brumas persistentes, alzando tumbas como lanzas, zarpando hacia aguas albañales a plantar banderitas incoloras, fundando para sí vastos reinos del vacío. Pero aún el silencio, pero aún el abismo.
Me encanta eso de estar “haciendo ecos de los ecos transitorios, estibando la sed de barcos fantasmas”. Está tan lindo que no suena que sea algo tan malo. Si se te pierden esas frases, es porque te las robé! 🙂
Robe usted sin-vergüenza! Ja! Gracias!