El colibrí abrió sus alas y atrapó un insecto. Luego se posó en una rama seca a devorar a su presa y pensó: Soy un águila. Después llegó un águila y se tragó al colibrí. Al volverse oscuro todo su alrededor dijo el colibrí: La oscuridad no importa. Tengo ojos de águila.
Pobre colibrí… tan jodido y tan optimista! 🙂
El colibrí es óptimo en eso del optimismo.