Vacío experimental del acoso ambientalista. El Director, con saco y bombín, apunta las incongruencias, paso número uno para llegar al cien, pero no se confundan, el cerco está cerca y nadie quedará a salvo de la salva, mucho menos de la pólvora, sobre todo de la pólvora. El acueducto presidencial se ajusta el cuello de la botella mientras los colores se derriten hasta convertirse en formas carnavalescas, tigres con ojos de búhos orgánicos, saltadores en satín y otras joyas del universo multisilvestre de la es-época-de-elipsis.
Mientras tanto, en la ciudad, un cocuyo alumbra sus focos con paneles solares.