Arribar a costas extrañas:
arenas movedizas, roca salvatoria,
brazos abiertos, tatuados con imágenes de tu origen.
Llegar a costas extrañas,
hallar la cueva, fundarla
sumergirte en sus sombras,
cobijado al fin
por el canto de sus ecos:
entregarte discretamente
a un destino.