En la presencia de dios, el caos, la multiplicidad de vocablos aún sin cosas que nombrar, un coro silente de fuegos fatuos: el primer verso, un camino, dilema del caminante que se revuelve en el fango primicio. Génesis ante los ojos indigentes del que mira sin ver más allá de sus disyuntivas básicas, definitorias. La primera noche, el primer fuego, el primer refugio, la primera fe. El hombre descubre que ha descubierto un mundo que no conoce, que no ha de conocer.