Año 3010: Los habitantes de la Tierra elevan una queja ante el Consejo Planetario. No les parece justo que tengan una sola luna mientras Saturno tiene tantas. Saturno no cede. Mientras tanto, Plutón protesta para que dejen de considerarlo un planeta enano y Venus le pide el divorcio a Marte. El Sol, molesto con tanto desorden, suspende todas las garantías astroconstitucionales, implanta una dictadura planetaria por todos y para el bien de todos. La Luna terrestre se muda a otro sistema planetario y desde el exilio brilla con mucho más esplendor. Los terrícolas, mientras tanto, adoran al Sol por el día y en la noche le hacen plegarias a la Luna, ya tan lejana y apenas perceptible.