Para evitar ansiedades innecesarias, el burócrata se prepara un tilo en el trabajo. Calienta bien el agua, deposita el paquete de té en el vaso y espera. En eso nota que ha dejado el tubo de Preparation H para las hemorroides encima del buró y que alguien se acerca a su oficina. Con rapidez de lince acomplejado, guarda el medicamento en la gaveta, pero sin querer golpea el vaso de té caliente que se derrama en su mano derecha y en los pantalones. De modo que cuando entra la visitante a su oficina, lo encuentra dando saltos como un loco y moviendo su mano derecha de arriba abajo mientras intenta secarse los pantalones. Entonces el burócrata comprende que no hay mucho que hacer y pregunta: “¿conoces algún remedio casero para las hemorroides”?