El tiempo inventó su relojero”, nos dice Juan Gelman en un verso inteligente y memorable. Lo que me llevó a pensar que el tiempo no es invento del hombre sino al revés porque en el principio de los tiempos el tiempo se vio muy solo en el mundo sin nadie que viera o temiera su poder. De modo que tuvo que crear criaturas que lo midieran y se ajustaran a sus ritmos, reglas y condiciones. Y así el tiempo creó primero a Dios, luego al espacio y finalmente al hombre.