A veces mi madre me compra libros. Yo hago como si me interesara la lectura, pero lo que quiero realmente es que me alimente y me deje dormir en la cama todas las noches.
Los gatos leemos la vida, que es nuestro libro esencial. Todo nos aburre soberanamente menos aburrirnos: esa es nuestra pasión, a las que nos entregamos como el religioso a sus creencias, o el patriota a la tierra que lo vio nacer.
Los gatos no somos religiosos aunque nos gustan mucho las iglesias. Son lugares oscuros y húmedos donde uno puede dormir en paz.
Los gatos tampoco tenemos patria porque cada uno de nosotros contiene un universo.
