Han vociferado miles de silencios y aún ahí está el abismo, mirándolos saltar de grito en grito, mascando sentencias como si fueran tabacos fulminantes, adjetivando su prosa con salsa indigente, dormidos bajo el árbol que les lanza frutos en la noche cuando se reúnen a fabricar apopléjicas armonías, jugando a dios desde sus hamacas de cuero descabellado, fundiendo teorías y teoremas, haciendo ecos de los ecos transitorios, estibando la sed de barcos fantasmas, bromeando entre brumas persistentes, alzando tumbas como lanzas, zarpando hacia aguas albañales a plantar banderitas incoloras, fundando para sí vastos reinos del vacío. Pero aún el silencio, pero aún el abismo.
Archive for the ‘cortos’ Category
Había una vez un escritor que pensaba que el detector de mierda del que hablaba Hemingway era una máquina de verdad y se fue a Books & Books a comprarla. Ahí le dijeron que la buscara en Amazon, pero que se asegurara que fuera una original y no una de esas falsas que fabrican los chinos.
Al abrir la puerta de su apartamento, el señor se encontró con una enorme roca que le impedía el paso. Como estaba agotado después de un largo día de labores, se recostó a ella y se quedó dormido. Entonces soñó que al abrir la puerta de su apartamento se encontraba con una enorme roca que le impedía el paso. Como estaba agotado después de un largo día de labores, se recostó a ella y se quedó dormido. Entonces soñó que al abrir la puerta de su apartamento se encontraba con una enorme roca que le impedía el paso…
Ha surgido una nueva secta: los practicantes del Sexo Prehistórico. Los miembros de la secta practican el sexo en cuevas que han sido construidas especialmente para esta función (incluso existe una compañía que se especializa en el diseño y construcción de dichas cavernas: SexCave). El año pasado Random House publicó lo que se considera el primer manual del sexo prehistórico, pero ya desde hace un tiempo existen en YouTube tutoriales en video que ofrecen explicaciones detalladas de cómo enfrascarse en esta modalidad sexual. Aparte de la ropa que se debe utilizar (por supuesto, ya hay una compañía que vende estos artículos: PreHis & Hers) y los perfumes (por llamarlos de algún modo, más bien son olores muy fuertes que van del olor a sudor al del excremento prehistórico; a propósito, Pre-Fumes es el nombre de la compañía que los fabrica), también hay que memorizar ciertos sonidos guturales (por ejemplo, los hombres deben decir JUCA-JUCA FUACA-FUACA seguido de fuertes golpes en el pecho antes de tocar a la mujer). Los fundadores de la secta, un matrimonio de Monterrey en Big Sur (California), han iniciado una gira por todos los Estados Unidos para dar conferencias en las que ayudarán a muchas parejas a conectarse con su yo prehistórico, que es el primer paso en el complicado proceso de graduarse como practicante de esta secta.
Reloj de arena en inglés es hourglass, es decir, cristal de hora, ¿cristal de ahora? El cristal se hace con arena de modo que el tiempo se mide con arena dentro de un envase de arena. Arenas movedizas. El reloj de arena es manco. No tiene manecillas.
En la noche escucha las ranas y los mosquitos. Le parece extraño que haya mosquitos cuando hay ranas por todos lados. Apaga el quinqué porque no quiere ver tantos animales a su alrededor, quiere dormir, es apenas un niño de nueve años, es lógico que quiera dormir. Cuando se levanta en la mañana, su cuerpo está cubierto de ranas pero no tiene ni una roncha en la piel.
Construyeron el acueducto con enorme sacrificio. Todos dedicaron su vida al asunto. Pero una vez concluido, no supieron que hacer con él. Absortos como estaban en la construcción del gran acueducto, nadie se percató que el único río de la zona se había secado hacía muchos años. Llenos aún de optimismo, decidieron entonces construir un río pero ya nadie sabía cómo.
Todas las mañanas el hombre repetía la misma operación: se sentaba frente al laberinto para ver si se llenaba del coraje suficiente que le permitiera adentrarse en el misterioso lugar. Se quedaba horas así, soñando que entraba, que se perdía y que nunca encontraba la manera de salir. Al rato, se quedaba dormido frente al laberinto. Lo despertaba a menudo el ladrido de un perro callejero que muchas veces también se orinaba sobre él. Después el hombre regresaba a casa como quien regresa de un campo de batalla.
Una mañana se le ocurrió el argumento de la historia perfecta. Al intentar escribirla en el ordenador, el escritor comprobó que el aparato estaba sin carga ya que se había pasado la noche entretenido mirando fotos de gatos en FB. Molesto, se fue de nuevo a la cama sin reparar que en la mesita estaba su libreta de anotaciones. Al quedarse dormido se puso a sonar que era un gato ciego y que lo exhibían en un zoológico debido a su extraña manera de maullar.
Los relatos de Maurice Sparks 